28 junio 2006

EL SMOG AHOGA A SANTIAGO DE CHILE


Chile - Ecología

Por Arnaldo Pérez Guerra
(LIBERACION - LA INSIGNIA) 27.06.2006)

La contaminación atmosférica no ha disminuido en los últimos cinco años. Las políticas implementadas han fracasado. Además, la información se manipula para hacernos creer que el problema no es tan grave. 'El año pasado se dijo que la situación había mejorado, basándose sólo en la disminución de los episodios críticos. El objetivo era mostrar algún 'logro' en materia ambiental. De hecho, si se analiza sólo la evolución del promedio anual del material particulado PM10 -contaminante utilizado para decretar alertas, preemergencia y emergencias-, entre 2000 y 2005 supera con creces la norma nacional para este contaminante. Una auditoría al Plan de Prevención y Descontaminación Ambiental, realizada por especialistas arrojó resultados alarmantes. Desde el año 2000 no hay ningún avance, es decir, el aire sigue igual de sucio', señala Paola Vasconi, de Fundación Terram.


La contaminación en la capital es estructural. La cuenca de Santiago no soporta más expansión ni mayor actividad económica. La concentración de smog y material particulado aumentan pues la cuenca posee una mala ventilación que empeorará cuando se construya en el Aeropuerto Lo Cerrillos. Hay otros factores que sí podrían modificarse. De los 800.000 vehículos que circulan por Santiago, más del 85 por ciento son particulares. En 10 años, el uso del transporte público ha disminuido en un 30 por ciento, mientras que los viajes en vehículos privados aumentan un 106 por ciento. Sólo un 42 por ciento de los santiaguinos se moviliza en bus. A eso se agrega que no se implementan medidas necesarias para disminuir drásticamente la contaminación, y muchas de éstas son completamente contrapuestas.

La indiscriminada construcción de autopistas ha incentivado el aumento del parque automotriz. De la mano del mercado disminuyen las áreas verdes y se sigue desafectando los suelos agrícolas con fines inmobiliarios. La ciudad se extiende cada vez más y los desplazamientos para cruzar de un punto a otro son cada vez más largos.

Información manipulada

Para el gobierno el Plan de Prevención y Descontaminación Atmosférica (PPDA), vigente desde 1998 y actualizado el 2004, ha sido un éxito pues se habrían reducido los episodios de emergencias ambientales, preemergencias y alertas, en un 100, 95 y 81 por ciento, respectivamente. Cifras oficiales hablan de una menor concentración de partículas PM10 y PM2,5. Un 27 y 58 por ciento menos desde 1990 a la fecha. Además, se eliminaron las gasolinas con plomo, se redujo un 95 por ciento el azufre en el diésel, se duplicaron las redes del Metro y se construyeron más de 180 kilómetros de autopistas. Según las autoridades de 153 medidas propuestas 84 se cumplieron, 32 presentan avance y 29 no se han aplicado. De 8 de ellas simplemente no hay información.

Pero especialistas en medioambiente y salud coinciden en que la información ha sido manipulada. Una auditoría realizada por expertos de EEUU y Chile, que evaluaron las 153 medidas para combatir la contaminación ambiental, advierte que la introducción de gas natural para la industria y el Plan Transantiago no han funcionado como se esperaba. La calidad del aire no ha mejorado desde el 2000, y el material particulado, ozono y monóxido de carbono aumentó en los últimos años. El PM10 excede la norma nacional en un 75 por ciento, mientras que el monóxido de carbono supera en un 80 por ciento lo permitido. Aún no existe una norma que regule el material particulado más fino y riesgoso para la salud: el PM 2,5. Ninguna mejora se registra en la reducción de emisiones industriales. Las empresas que utilizan equipos diésel para generar electricidad no están registradas y se estiman en 10.000 sólo en Santiago. 45 inspectores fiscalizan a 4.000 empresas en la Región Metropolitana, sólo una vez al año, en promedio. No se cuenta con indicadores para evaluar el impacto del smog en la salud de la población. Y la lista sigue.

Andrei Tchernitchin, presidente del departamento de salud y medioambiente del Colegio Médico, advierte: 'Uno de los objetivos del Plan de Descontaminación es proteger la salud de la población. Pero la red Macam II que está compuesta por estaciones que miden la calidad del aire, es cada vez más precaria. La mitad de sus equipos no miden ciertos agentes tóxicos. No se han instalado nuevas estaciones y faltan aparatos en el sector sur, este y norte de la capital. Además, los sistemas no poseen una mantención adecuada y eso pone en duda la veracidad y calidad de las mediciones'.

Según Sara Larraín, directora de Chile Sustentable, vienen solicitando que se incluya la norma sobre PM2,5 hace años, sin resultados: 'Conama no tiene información sobre los impactos de las emisiones en la salud, lo que revela una grave irresponsabilidad en el aparato público, que impide priorizar política y presupuestariamente la protección ambiental y la salud de la población'. Tchernitchin propone que se entregue información en línea y a cada hora sobre los niveles de contaminación por comuna o zona donde se realizan mediciones: 'Eso permitiría advertir a personas de mayor riesgo como ancianos, pacientes con cardiopatías y niños sobre los episodios de contaminación y, así, que se no realizaran actividades físicas intensas. El riesgo de desarrollar alguna actividad física en Providencia durante una hora -cuando ocurre la máxima concentración aérea de material particulado-, alrededor de mediodía, es el doble que el riesgo de dormir durante las cuatro horas de peak nocturno de contaminación en Pudahuel'.

Peligros del smog y ozono

Desde el 2000 se ha venido reduciendo el presupuesto antismog. El Centro Nacional del Medio Ambiente (Cenma), que administra el modelo predictivo, ha funcionado por 5 años con un 70 por ciento menos de presupuesto. La actualización y mantención a la red de estaciones de monitoreo no se ha hecho. Según la auditoría realizada al PPDA, Santiago excede en un 75 por ciento la norma chilena de PM10, en 80 por ciento la de monóxido de carbono, y duplica el límite de ozono establecido por las autoridades. A mayor smog aumentan las atenciones de los niños y ancianos en consultorios y hospitales 24 horas después de los días críticos. Lo más grave se produce cuando el peak de contaminación coincide con el frío invernal y los virus respiratorios. Todos los años ocurre lo mismo.


Lo más grave se produce cuando el pico decontaminación coincide con el frío invernaly los virus respiratorios. Todos los añosocurre lo mismo.
La indiscriminada construcción de autopistasha incentivado el aumento del parqueautomotriz.

Una investigación de la Universidad Federico Santa María (UFSM) reveló que la concentración de partículas peligrosas en Santiago -hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y bifenilos policlorados (PCBs)-, es 20 veces superior a la norma permitida en Chile. Según Tchernitchin, el smog y estas partículas, que no son monitoreadas por las autoridades provocan cáncer al pulmón, linfático, vejiga y de mamas, además de mutaciones, infertilidad y retardo en la maduración sexual de los adolescentes. La probabilidad que los chilenos desarrollemos cáncer por esta causa se eleva hasta en 900 casos por año. La UFSM midió estos compuestos en Temuco (1998) y Santiago (2001): la concentración era de 9.850 y 330 veces mayor que lo recomendado por la OMS.

Pero el smog no es el único peligro. Santiago se ubica entre las diez ciudades con mayor índice de ozono en el mundo. Mantenemos el triste récord de más de 150 días al año de concentraciones dañinas de ozono, lo que inflama las vías respiratorias pudiendo disminuir nuestra capacidad pulmonar. El ozono provoca irritación de las vías respiratorias, tos, dolor de pecho y cabeza, náuseas y asma. Según Manuel Merino, director del Cenma: 'En el 60 por ciento de los días entre octubre y abril, se sobrepasan los niveles permitidos de ozono, mientras que en verano alcanza al 80 por ciento. El año 2002, la revista The Lancet publicó un estudio demostrando que los niños que practican actividades físicas al aire libre en zonas contaminadas por ozono son entre tres y cuatro veces más proclives a desarrollar asma'. En nuestro país el asma se ha duplicado desde 1994 a 2002, y los días en que aumenta el ozono, se produce un mayor número de consultas por bronquitis obstructiva y asma en los servicios de salud. El gobierno reconoce que no hay fondos -faltan 120 millones de pesos- para que la Conama concluya once estudios comprometidos en el PPDA que debieron realizarse el año pasado.

Nunca más volverá a suceder

Los niveles de smog son críticos en comunas como Pudahuel y Cerro Navia, pero las autoridades en varias oportunidades no han decretado la alerta ambiental pese a que los índices así lo indican. La población ha estado expuesta a altos niveles de material particulado, lo que es riesgoso para la salud. El Intendente metropolitano Víctor Barrueto, debió reconocer su error por no haber decretado la alerta ambiental: 'Nunca más, esto no volverá a suceder. Me comprometo a decretar las alertas necesarias para proteger la salud de la población, aun cuando haya dudas técnicas en el pronóstico y no obstante el episodio previsto no se produzca', dijo a poco de asumir su cargo. Anunció, además, que solicitará recursos para mejorar la labor fiscalizadora de la Conama y que espera que el gobierno de Bachelet resolverá este problema mediante la puesta en marcha de un Ministerio del Medioambiente.

La comisión de Medioambiente de la Cámara de Diputados citó a la ministra Secretaria General de la Presidencia, Paulina Veloso, y al intendente Barrueto, a 'explicar el estado de la política de descontaminación de Santiago'. A pesar que el modelo de predicción de contaminación atmosférica llamado sistema neuronal -creado por investigadores del Departamento de Física de la Usach-, obtiene mayor exactitud en sus pronósticos, el gobierno sigue aplicando el modelo Cassmassi. Ambos fueron entre abril y agosto de 2004: neuronal obtuvo un 92 por ciento de aciertos contra un 85 por ciento de Cassmassi. 'Que neuronal sea sólo un modelo de apoyo y no el principal es una decisión que escapa de nuestras manos', señalan los investigadores de la Usach. Si no hay una decisión política, las cosas no cambiarán. Algunos sólo proponen aumentar los dígitos de restricción vehicular. Siguiendo la tónica del primer mes de gobierno de Bachelet, el gobierno creó un consejo asesor que deberá emitir un informe en algunos meses más. Participarán autoridades regionales, de salud y transportes, académicos, empresarios y expertos ambientales, que deberán recomendar medidas.

'La solución está en una gestión integral en Santiago. ¿Qué significa esto? Avanzar hacia una reforma institucional, de manera que una sola entidad sea la que administre y gestione el Plan de Descontaminación. Disminuir la población en Santiago y sus actuales niveles de actividad económica, así como la creciente expansión horizontal de la ciudad y el consecuente distanciamiento entre los hogares y el trabajo, entre otras. Sólo con medidas estructurales se logrará disminuir la contaminación. De lo contrario, año tras año seguiremos viviendo crisis ambientales por la calidad del aire', concluye Paola Vasconi.

ÉTICA Y ALIMENTACIÓN


DEBATES
La producción de comida también necesita ética
Peter Singer.

PROFESOR DE BIOETICA, UNIVERSIDAD DE PRINCETON. /18.06.2006

Se ha predicho que el consumo mundial de carne se duplicará para el año 2020. Sin embargo, en Europa y América del Norte existe una creciente preocupación sobre la ética de cómo se producen la carne y los huevos. El consumo de ternera ha caído drásticamente desde que se conoció que para producir la así llamada ternera "blanca" (en realidad, rosa pálido), las crías recién nacidas son separadas de sus madres, se las vuelve anémicas, se les niega el acceso a forraje y se las mantiene en establos tan estrechos que no pueden caminar.

En Europa, la enfermedad de la vaca loca dejó impactada a mucha gente, no sólo porque hizo pedazos la imagen de la carne de vacuno como un alimento sano y seguro, sino porque se supo que la causa de la enfermedad fue la práctica de dar como alimento sesos y tejido nervioso de ovejas al ganado vacuno. Quienes ingenuamente creían que las vacas comían pasto descubrieron que el ganado vacuno obligado a comer en lotes de alimentación come desde maíz hasta pescado, residuos de pollo (incluidos sus excrementos) y desechos de los mataderos.

La preocupación sobre cómo tratamos a los animales está lejos de limitarse al pequeño porcentaje de personas que son vegetarianas. A pesar de los sólidos argumentos éticos del vegetarianismo, todavía no es una posición generalizada. Más común es la opinión de que se justifica comer carne, siempre y cuando los animales tengan una vida decente antes de que se los mate.

El problema, como Jim Mason y yo lo describimos en nuestro reciente libro "The Way We Eat" (El modo como comemos), es que la agricultura industrial niega a los animales incluso una vida mínimamente decente. Decenas de miles de millones de pollos producidos en la actualidad nunca salen al aire libre. Se los cría para que tengan apetitos voraces y engorden lo más rápido posible, y luego se los coloca en cobertizos que pueden contener más de 20.000 aves. El nivel de amoníaco de sus excrementos acumulados hace el aire tan alcalino que provoca picazón en los ojos y daña los pulmones. Cuando se los mata, con apenas 45 días de vida, sus huesos poco desarrollados apenas pueden soportar el peso de sus cuerpos. Algunos caen y mueren al poco tiempo, incapaces de lograr acceso a los alimentos o el agua; su destino es irrelevante para la economía de la empresa.

Las condiciones son peores (si es posible imaginarlo) para las gallinas ponedoras, embutidas en jaulas de alambre tan pequeñas que incluso si hubiera una por jaula sería incapaz de estirar las alas. Pero por lo general hay al menos cuatro gallinas por jaula, y a menudo más. En condiciones tan atestadas, lo más probable es que las aves más agresivas terminen matando a picotazos a las gallinas más débiles de la jaula. Para evitar esto, los productores cortan los picos de las aves con una cuchilla caliente. El pico de las gallinas está lleno de tejido nervioso, pero no se usan anestésicos ni analgésicos para aliviar su dolor.

Es probable que los cerdos sean los animales más inteligentes y sensibles que comemos normalmente. Al buscar forraje en un pueblo rural, pueden ejercitar esa inteligencia y explorar el ambiente. Antes de parir, las puercas usan paja u hojas y ramitas para construir un nido cómodo y seguro en el que cuidar a sus lechones.

Sin embargo, en las granjas industriales de hoy las puercas preñadas son mantenidas en cajas tan estrechas que no pueden darse vuelta o caminar más de un paso hacia adelante o atrás. Yacen sobre concreto, sin paja, hojas ni ninguna otra forma de lecho para sus crías. Los lechones les son arrebatados lo antes posible, para que puedan quedar preñadas nuevamente; su destino es no salir nunca del cobertizo, excepto para ser llevadas al matadero.

Los defensores de estos métodos de producción argumentan que son una respuesta lamentable pero necesaria a la demanda de alimentos de una población en crecimiento. Por el contrario, cuando confinamos animales en granjas industriales, tenemos que producir alimentos para ellos. Los animales queman la mayor parte de esa energía de los alimentos en el proceso de respirar y mantener tibios sus cuerpos, de modo que a nosotros nos llega una pequeña fracción —no más de un tercio, y a veces hasta un décimo— del valor nutritivo con que los alimentamos. En contraste, las vacas que pastan consumen un alimento que nosotros no podemos digerir, lo que significa que son un aporte a la cantidad de alimentos a nuestra disposición.

Es trágico el hecho de que países como China e India, a medida que se vuelven más prósperos, estén copiando los métodos occidentales y poniendo a los animales en enormes granjas industriales para suministrar más carne y huevos a sus crecientes clases medias. Si esto continúa, el resultado será un sufrimiento animal a una escala incluso mayor que la que hoy existe en Occidente, así como más daño al medio ambiente y un aumento en las enfermedades cardíacas y los casos de cáncer en el sistema digestivo. También será un sistema enormemente ineficiente. Como consumidores, tenemos el poder —y la obligación moral— de negarnos a apoyar
métodos agropecuarios crueles con los animales y perjudiciales para nosotros.

Copyright Clarín y Project Syndicate, 2006.